Páginas

martes, 22 de diciembre de 2015

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

    Una interesante tradición -en parte historia, en parte leyenda-, popular en Alemania, afirma que el árbol de Navidad se remonta al siglo VIII.

    San Bonifacio (675-754) era un obispo inglés que marchó a la Germania en el siglo VIII (concretamente a Hesse), para predicar la fe cristiana.
    Después de un duro período de predicación del Evangelio, aparentemente con cierto éxito, Bonifacio fue a Roma para entrevistarse con el papa Gregorio II (715-731).

    A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió profundamente dolido al comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua idolatría y se preparaban para celebrar el solsticio de invierno sacrificando a un hombre joven en el sagrado roble de Odín. Encendido por una ira santa, como Moisés ante el becerro de oro, el obispo Bonifacio tomó un hacha y se atrevió a cortar el roble sagrado. Hasta aquí lo que está documentado históricamente.
    El resto pertenece a la leyenda que cuenta cómo, en el primer golpe del hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el árbol. El pueblo sorprendido, reconoció con temor la mano de Dios en este evento y preguntó humildemente a Bonifacio cómo debían celebrar la Navidad.

    El Obispo, continúa la leyenda, se fijó en un pequeño abeto que milagrosamente había permanecido intacto junto a los restos y ramas rotas del roble caído. Lo vio como símbolo perenne del amor perenne de Dios, y lo adornó con manzanas (que simbolizaban las tentaciones) y velas (que representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el mundo).

    Como estaba familiarizado con la costumbre popular de meter en las casas una planta de hoja perenne en invierno, pidió a todos que llevaran a casa un abeto. Este árbol representa la paz, y por permanecer verde simboliza también la inmortalidad; con su cima apuntando hacia arriba, se indica, además, el cielo, la morada de Dios.

lunes, 21 de diciembre de 2015

EL CRISTO DE LAS TRES MANOS




La iglesia del Salvador de Teruel, tiene en su interior, una imagen llena de enigmas y leyendas, El Santo Cristo del Salvador, también llamado El Cristo de las tres manos.


Es una iglesia bastante oscura, decorada con esgrafiados. En el altar mayor la imagen del Cristo crucificado que da nombre a la iglesia, de mayores proporciones que las humanas, con el rostro inclinado hacia el lado derecho, hacia el de la llaga, en el costado izquierdo le nace una mano sobre las costillas a la altura del pecho. Le sale sangre de la llaga y la de los clavos de manos y pies parece correr con gotas continuas. Un paño anudado a la cintura le cubre hasta las rodillas. La cruz es plana e imita a la madera. Por algunos rasgos podría tratarse de una imagen de la transición del románico al gótico, probablemente del S.XII.

De este Cristo se cuentan multitud de historias y leyendas, una de ellas dice que la imagen llego flotando en las aguas de los ríos Alfambra y Guadalaviar, que llegaban desbordados debido al deshielo de la nieve. La imagen se paró frente a las murallas de la ciudad y al rescatarlo los lugareños y llevarlo a la iglesia en la que se encuentra actualmente sucedió un milagro y las aguas descendieron.
Que el artista fue un ángel o un peregrino, y de esa tercera mano, se cuenta que era la de un ladrón que quiso robar a Cristo y se le quedo pegada. Otros dicen que seguramente esta imagen formo parte de un grupo escultórico que representaría un Descendimiento, del cual las otras imágenes están desaparecidas. Otros dicen que pertenecería a un tríptico, otros...
También se le llama el Santo Cristo de los Milagros o de la Misericordia.

Sea lo que sea y mezclando realidad con leyenda, se trata del Cristo más venerado de Teruel y prueba de la devoción que le profesan es la Hermandad del Cristo de las Tres Manos, que se constituyó en 1639 y todavía hoy sigue vigente.

domingo, 1 de noviembre de 2015

El barrio de las Minas de Libros



    A 6km de Libros se encuentra el barrio de las minas, a la izquierda de la carretera que se dirige hacia Riódeva.

    En el barrio de las Minas de Libros se inició la actividad minera en 1777. En 1906 la empresa La Industrial Química de Zaragoza continuó la extracción de azufre hasta el cierre definitivo de las minas en 1956.

    En un principio las viviendas de los trabajadores y sus familias eran cuevas que habían escavado en la montaña; cada una tenía su puerta pintada de un color diferente, lo que llamaba la atención a cualquiera que se aproximara hasta el lugar.     

             Posteriormente se creó la primera barriada, que estaba formada por casas de dos plantas con viviendas independientes. Poco a poco el barrio fue creciendo y se construyó otra barriada, y después lo que se conocía como el barrio chino.
El barrio de las minas de Libros llegó a albergar a más de 1000 mineros que vivían con sus respectivas familias, lo que incrementaba la población hasta casi 2000 personas.

    En la zona disponían de una gran cantidad de servicios, como el Hospital, la Comandancia, las escuelas, la casa de los sindicatos, el economato, la panadería, la carnicería, los bares, la posada y una serie de recursos que hacía pensar a la gente de fuera que llegaba hasta allí, que había llegado a la capital.

    Tras la muerte del ingeniero que organizaba el trabajo de las minas y con el descenso del empleo del azufre, fueron cerradas. A pesar de todo algunos de los trabajadores se resistían a que todo terminara e intentaron volver a ponerlas en marcha pero no tuvieron éxito.


    La empresa propietaria de las minas, al cerrar, vendió la madera, principalmente las vigas de las casas del barrio, por lo que derribaron todas las infraestructuras que existían, posteriormente fueron saqueadas para llevarse las piedras que construían las viviendas y todos los enseres que pudieran tener el mínimo valor, no obstante, los mineros que tuvieron que abandonar sus hogares, se llevaban también algún recuerdo de lo que fue su vida durante esos años, algo simbólico como una piedra de lo que fue su casa.
     


    Las espartanas casas de los mineros dispersadas por la ladera, las bocaminas, hornos y edificios comunales configuran un espacio legendario, que una maqueta ubicada en el interior de una ermita enclavada en la roca, el único edificio conservado.




    Además de su interés para la arqueología industrial estas minas tienen un valor paleontológico indiscutible. Lo más llamativo de sus hallazgos son sus moluscos lacustres y sus ranas fósiles. En algunas es visible no solo su esqueleto sino también sus órganos.



domingo, 13 de septiembre de 2015

Casa La Madrileña



La casa denominada La Madrileña fue diseñada por el arquitecto tarraconense Pablo Monguió para la familia Garzarán y construida hacia 1912 en estilo modernista.  La rejería se atribuye a Matías Abad y destaca por ser una de las más puramente modernistas de Teruel.
 Monguió entre 1910 y 1912 dota a la ciudad de bellos edificios reflejo del gusto de la clase burguesa y que convierten a Teruel en cabeza del modernismo en Aragón.


Se localiza en la plaza Carlos Castel, cerca de la Casa el Torico, construida también por Monguió. A principios del siglo XX tuvo un uso residencial, destinada a pisos de alquiler y un local comercial en la planta baja. Ocupa un estrecho solar entre edificios y su exótica fachada en color azul claro reúne las características más propias del estilo modernista: esmerada decoración, composición simétrica, mezcla de materiales…

Sobre la planta baja porticada se levantan tres pisos residenciales y un ático. Cada piso se abre por un balcón y el ático por cuatro óculos de formas sinuosas. Los tres balcones se enmarcan por un gran óvalo con decoración florar. Los balcones presentan decoración en relieve a modo de dintel y rejería a base de formas curvas y vegetales. En el balcón del segundo piso se observa que la rejería representa una curiosa forma de mariposa de gran belleza. Sobre el ático se dispone un alero voladizo realizado en madera, que se decora igualmente con flores.

Exteriormente conserva gran parte de su autenticidad e integridad, pero en el interior, su imagen ha sido algo alterada. Es considerado el edifico modernista más imaginativo de Teruel por su libertad compositiva y originalidad.




sábado, 12 de septiembre de 2015

La casa El Torico



La casa El Torico, sita en la plaza Carlos Castel n.º 13 de Teruel (España), fue construida en el año 1912 por el arquitecto tarraconense Pablo Monguió para la familia López y recibe este nombre por el local que originariamente ocupaba la planta baja, destinado a la venta de tejidos.

 El uso primitivo comercial y residencial se transformó en los años ochenta para albergar las oficinas de la Caja Rural Provincial. El edificio sufrió una profunda reforma interior para adaptarlo a su nuevo uso y tan sólo se conservan las fachadas y dos columnas de fundición en la planta baja.


Se ubica en la plaza Carlos Castel n.º 13, en un privilegiado solar en esquina con fachadas a las calles Hartzembusch y Tras el Mercado. Exteriormente todo el conjunto se unifica a través del color violeta de sus fachadas combinado con motivos decorativos en blanco, animados por la presencia de algunos detalles realizados en ladrillo, cerámica y forja. En la fachada a la plaza, el edificio se resuelve en continuidad con la estructura porticada de la plaza y presenta tres pisos sobre los porches. En esta fachada Monguió utiliza un variado vocabulario formal dominado por la utilización de la línea curva, dentro de una composición simétrica que se rompe en la esquina con la calle Hartzembusch. Las otras dos fachadas están concebidas con una mayor simplicidad.

  




La casa es uno de los mejores edificios modernistas conservados en Aragón por su pureza estilística, sentido lúdico y libertad compositiva, todo ello resaltado por la armonía y el cuidado del detalle de los motivos decorativos en los distintos materiales. Por otro lado, es reflejo de un contexto histórico muy concreto, el de la ciudad de Teruel de principios del siglo XX, y de una nueva clase social burguesa con una mentalidad y unos gustos artísticos muy determinados que, en este caso, Pablo Monguió supo plasmar a la perfección.

jueves, 10 de septiembre de 2015

martes, 21 de julio de 2015

EL BARÓN DE ESCRICHE DA MUERTE A LA "FIERA"



   Esta historia, verídica, ha sido contada de diferentes maneras en otros tantos romances de ciego que han circulado por todo lo largo y lo alto del reino de Aragón. 
  Tal es el número y las versiones que del heroico suceso han aparecido, que es difícil apostar por una sola de ellas como la original aunque, todas, contengan parte sustancial del suceso, al estar recogidas directamente de la voz del pueblo llano.
  La “fiera” conocía perfectamente la ruta del Barón desde su casa en la Plaza de San Juan (actual Casino), hasta la Casa Grande, ya en plena Baronía. El Barón solía subir y bajar a Teruel, desde sus propiedades, siempre llevando séquito. Por tal circunstancia la “fiera” solía conformarse con atacar a sus ganados y amedrentar a sus pastores.
  Un día, cansado de las fechorías de la “bestia” decidió acabar con ella. Para lo cual se desprendió del séquito que le acompañaba y defendía. De esta forma esperaba que “el hijo del averno” esta vez, sí, diera la cara y le acometiera.
  El encuentro tuvo lugar al pasar el de Escriche por el angosto estrecho que hay junto a la Peña el Macho, en el llamado Barranco de Río Seco. En la dura y estremecedora lucha que se desarrolló en tan solitario y apartado lugar, el Barón tenía el sol de cara y la “fiera” de espaldas, lo cual favorecía al enemigo. Sin embargo, el Barón aprovechó la desventaja haciendo que su pulidísimo espejo reflejara los rayos de sol sobre los ojos de la fiera. Aturdida la “bicha” un instante, fue aprovechado este momento de duda por parte del barón para clavarle la espada en su corazón y darle muerte.
  Terminada la lucha y alertados por la algarabía y gritos que ambos habían dado en el combate, llegaron de Valdecebro y de las masadas de la Casa Grande un sin número de gentes a contemplar la muerte de tan endemoniado animal. 
  Pero, no acabaron aquí las dichas y venturas para los de Teruel en este señalado día de San Jorge pues, el Barón, tras golpear su espada manchada en sangre sobre la Peña el Macho, hizo brotar milagrosamente de ella un agua tan pura, que los de Teruel decidieron llevarla hasta la ciudad para beneficio de todos sus habitantes.                                                                               
                                                               





  De esta forma se empezó a gestar la traída de aguas a Teruel desde la Peña el Macho y, el de Escriche, comenzó a titularse Barón. Para la importante empresa de las agua se contrató a un ingeniero francés llamado Pierres Vedel, cuyos "Arcos" son todavía la admiración de propios y extraños.  
  
  El título de Barón le fue otorgado por nuestro señor, el Rey del Aragón, en reconocimiento de tan claros servicios prestados a la comunidad. El Barón, al día siguiente, hizo de su propiedad tanto como abarcó cabalgando desde el alba hasta el ocaso. En total, la Casa Grande y doce masías con sus territorios.

sábado, 18 de julio de 2015

EL PORTAL DE LA TRAICIÓN

Portal de San Miguel 1950
Acaeció allá por el año 1360. Por aquel entonces el rey de Castilla, Pedro I “el Cruel” y el rey de Aragón, Pedro IV andaban enzarzados en plena guerra.

El ejército castellano avanzaba por Aragón saqueando y arrasando todo cuanto encontraba a su paso. Llegado a Teruel tropezó con una ciudad totalmente amurallada y perfectamente defendida. 

El asedio duró algún tiempo y muchas fueron las personas que perdieron la vida o vieron seriamente dañadas sus viviendas.

Con el paso de los días los turolenses comenzaron a sentir miedo, pero entre todos destacó uno, el juez de Teruel, el cual temiendo ser torturado e incluso pagar con la muerte, decidió establecer un pacto secretamente con el enemigo: abrirle el portal de San Miguel. 


El día tres de mayo, el día de Santa Cruz, las tropas de Pedro I entraron en la ciudad por el “Portal de la Traición” y Teruel, sin remedio, tuvo que rendirse, quedando bajo dominio castellano.

El rey castellano quedó tan satisfecho con su conquista que decidió no tomar represalias contra los turolenses, incluso les permitió que siguieran con sus costumbres.

Antes de abandonar Teruel, el ejército castellano saqueó la ciudad y se llevó consigo los pendones y banderas que los turolenses habían conseguido en nobles batallas. 

Al enterarse el rey aragonés de la escasa resistencia, el saqueo y lo que los castellanos habían usurpado, se enfadó tanto con el pueblo de Teruel que le retiró los Fueros. 

Pasado un tiempo y ante las súplicas de los turolenses, Pedro IV decidió devolverles los fueros.

Quien no perdonó nunca al juez traidor fue Teruel, tampoco pudo aplicarle justicia por haber huido con el enemigo castellano. Pero consiguió que su nombre fuese condenado al olvido borrándolo de documentos y crónicas. Así pues nunca se sabrá quien fue el tal traidor que con su cobardía cambió el nombre a una de las puertas más famosas de Teruel.

Portal de la Traición en la actualidad.


lunes, 13 de julio de 2015

Peña “Los 13”




Está considerada por todos como la primera peña que dio un paso al frente en la Vaquilla turolense. Se firmaron sus estatutos en septiembre de 1942, y le pusieron el nombre “Los 13” porque en el momento de la firma en el bar “Comercial”, fueron esos los que firmaron por encontrarse presentes en el acto. No quiere decir que fuesen solamente 13 sus componentes. El presidente de la peña fue siempre Don Miguel Gea. Su lema “Uno para todos y todos para uno”.

La primera peña 


Terminada la Vaquilla de  1942 y reunidos un grupo de amigos en el café Comercial, sito en la calle Nueva, decidieron crear una peña vaquillera de amigos a imagen y semejanza de lo que se estilaba en diversas regiones del norte de España. 
Un par de ellos, concretamente Miguel Gea y Rogelio Castaño, habían cumplido su servicio militar en San Sebastián, en donde los mozos ya corrían toros ensogados en el puerto pesquero de la ciudad e iban ataviados con camisa y pantalón blanco, pañuelo y faja rojos y alpargatas de cáñamo. 


Cuando Miguel y Rogelio fueron licenciados trasladaron sus vivencias a sus amigos y formaron la primera peña vaquillera turolense de la historia: “Los 13”. Firmaron sus estatutos en septiembre de 1942 trece personas, las reunidas en ese momento, aunque los peñistas fueron más.



 Ahí arranca la historia contemporánea de la Vaquilla. 
“Los 13” hacen su aparición en 1943, vestidos a la guisa anteriormente descrita. No son aceptados en un principio por el grueso del público, que les dedica toda clase de improperios.

 Pero la peña siguió y ya en años posteriores se fueron incorporando a la fiesta nuevas peñas. 
Las Peñas eran todas de calle, pues los locales sociales todavía no se estilaban.

lunes, 6 de julio de 2015

Santa Emerenciana, patrona de Teruel

Santa Emerenciana fue una mártir romana que murió en el 304 durante las persecuciones de Diocleciano
De acuerdo con la hagiografía cristiana, la madre de Emerenciana fue una niñera de Santa Inés, una rica heredera que finalmente fue martirizada después de abrazar el cristianismo. Emerenciana era catecúmena (cristiana conversa que aún no ha recibido el bautismo). Aunque los católicos la consideran igual a los mártires, que han recibido el "bautismo de sangre". Pocos días después de la muerte de Inés, Emerenciana fue capturada rezando en su tumba, y confesó que también era cristiana y fue ejectuada mediante la lapidación.
Este relato, que constituye una especie de apéndice de las "actas" de Santa Inés, no puede tomarse a la letra; pero existen pruebas de que una mártir llamada Emerenciana estuvo originalmente sepultada en el "Coemeterium majus". Dicho cementerio está un poco más distante de la Vía Nomentana que el sitio en que fue erigida la basílica de Santa Inés.

Al entrar a la Catedral de TERUEL  te das de bruces con esta escultura, en alabastro, que representa a Santa Emerenciana, "La Patrona de Teruel". 
 La única ciudad de España que tiene a esta santa por patrona es Teruel y esto ya es cosa singular. Singular también es, que la santa no recibiera el bautismo del agua (era catecúmena), pero sí recibió, en cambio, el de la sangre pues fue martirizada por lapidación en Roma en el año 304. 

El Seisado de Santa Emerenciana

El “Seisado” está compuesto por 6 personas. El genitivo – “de Santa Emerenciana”- nos pone esta institución en relación con la patrona de Teruel y de su diócesis.
El Seisado se fundó en 1487, que perpetua su nombre. Integrada por un Regidor, que preside; un Ciudadano como segundo y 4 “seises”. El Regidor es siempre concejal del Ayuntamiento y siempre el que más recientemente haya contraído matrimonio.
Todos deben ser hijos de Teruel y también haberse casado el mismo año, a excepción del Concejal del Ayuntamiento, quien tiene que haber nacido en nuestra Ciudad y estar casado.
La función de esta Institución consistía y para ello fue creada,  en  que si por cualquier desgracia, peste, cólera, inundación, tempestad, etc., desaparecía el Concejo y los Jueces, esta Institución del “Seisado”,  gobernaría el pueblo, hasta que por Ley se nombrara otro Concejo y Jueces.
  Se mantiene la tradición durante siglos de entre los Jefes de este colectivo. “Los componentes del Seisado serán designados de entre los matrimonios contraídos dentro del año, desde la fiesta de la Santa hasta el año siguiente”. De este modo el Jefe de los Seises, realiza las gestiones correspondientes entre los matrimonios habidos durante el año y una vez obtenido su consentimiento, los propone por escrito al Excmo. Ayuntamiento de Teruel, quien en sesión ordinaria de la Comisión de Gobierno, delibera y aprueba la relación presentada. Posteriormente el Ayuntamiento comunica personalmente a cada uno de los “seises” su nombramiento. Igualmente se les invita a unirse a la Corporación y participar en la celebración de la Eucaristía y procesión con el busto de la Santa. Dichos cultos se celebran siempre en la Santa Iglesia Catedral. Una vez finalizada la celebración de la Eucaristía, durante la procesión acompañan a Santa Emerenciana en su bellísimo busto-relicario, que fue realizado en 1615 por el platero zaragozano Claudio Yenequi.
La fiesta litúrgica de la “Santa” se celebra el día 23 de enero. Con posterioridad al siglo XVIII, con el fin de darle mayor solemnidad externa a la procesión se cambió a mejor tiempo. Coincidía siempre en domingo –solía hacerse en torno a la Ascensión-, pero no dio el resultado esperado y los ciudadanos  no se enteraban.
Tras el cambio varias veces de fecha, en el año 1994, les pareció bien al Cabildo y al Ayuntamiento situarla en el inicio de las Fiestas del Angel.

Costaleros

Como indico anteriormente la intención es dar a conocer en lo posible la fiesta de nuestra Patrona Sta. Emerenciana. Ello implica también el contar con otras personas; en este caso los costaleros que llevan a nuestra patrona. Hasta el pasado año 2001,su número era de 11 personas, en su mayoría la tradición viene de padres a hijos. A partir del año 2002, se ha ampliado el número de costaleros hasta 17, debido a que por causas de trabajo, algunos fallaban. Pero el hecho de ir reforzando los costaleros, también nos ha inducido a renovar su uniformidad y para este año todos ellos, portan a
nuestra imagen con traje oscuro, camisa blanca y corbata granate, -color de la bandera de Teruel-.